Es oficial; Hobbes se ha puesto de moda entre los jóvenes polítologos. No es que sorprenda ya que es un filósofo potente y atractivo, quizá más crudo que el viejo Nicola Macchiavello quien nunca abandonó totalmente su saudades por la república perdida. Y, por cierto, es muy oportuno para quienes gustan de justificar un accionar que sólo explique la búsqueda y concentración del poder. Lo que me viene extrañando es esta cosa que de llamarlo...