Primero que nada quiero aclararte…
Que no te guardo ningún rencor.
Es realmente muy difícil quererme.
Soy, algo así como un supermercado
donde se ofrecen todos los defectos.
Soy pedante, lento, desubicado,
charlatán, egoísta, perezoso,
inconstante, pesado, manirroto,
mentiroso, sarcástico, soberbio,
vanidoso, sensiblero, tímido,
falto de tacto, demasiado flaco,
con una piel que se pone color
camarón al primer contacto
con una lamparita. Mi voz es ronca.
Soy narcisista, de conversación
aburrida, harto locuaz,
maleducado, cobarde, creído,
torpe, narigón, hipocondríaco,
inseguro, cínico, hipertrope
y con una innegable tendencia a sobrevalorarme.
Si a todo esto sumamos mi riqueza
que se reduce a un puñado (Ni siquiera muy abultado)
de deudas; concluiremos en que
no soy, objetivamente, un gran partido.
Es realmente muy difícil quererme.
Soy, algo así como un supermercado
donde se ofrecen todos los defectos.
Soy pedante, lento, desubicado,
charlatán, egoísta, perezoso,
inconstante, pesado, manirroto,
mentiroso, sarcástico, soberbio,
vanidoso, sensiblero, tímido,
falto de tacto, demasiado flaco,
con una piel que se pone color
camarón al primer contacto
con una lamparita. Mi voz es ronca.
Soy narcisista, de conversación
aburrida, harto locuaz,
maleducado, cobarde, creído,
torpe, narigón, hipocondríaco,
inseguro, cínico, hipertrope
y con una innegable tendencia a sobrevalorarme.
Si a todo esto sumamos mi riqueza
que se reduce a un puñado (Ni siquiera muy abultado)
de deudas; concluiremos en que
no soy, objetivamente, un gran partido.
Ahora bien,
más allá de todos estos hechos
empíricamente verificables
no encuentro ninguna razón de peso
ningún derecho especial
ninguna prerrogativa parlamentaria
que te haya otorgado el privilegio
de histeriquearme.
En consecuencia y ante la falta de
motivos en contrario
quiero hacerte llegar ésta, mi declaración
de independencia de tus arbitrariedades.-
Excelente!