Hace unos días leí un artículo en The Economist acerca los costos y los beneficios del anonimato en internet. Un sujeto anónimo tiene a su favor la impunidad que le otorga el estar moviéndose en la oscuridad. Puede decir lo que le venga en gana, insultar y agredir y quedar impune por su falta de conducta. La red ha llamado trolls, un derivado de trolling (pescar incautos), a quienes realizan estas prácticas disruptivas. El acoso de un troll es...