Mucho se discute en estos días acerca del rol político del actual Papa Francisco. La corriente visita a Cuba no ha hecho sino sumar virulencia al debate de cuáles son sus objetivos y cuál es el motivo por el que se muestra tan activo en lugares complicados y frente a interlocutores que no tienen precisamente la mejor reputación. Reflexionando sobre estos temas, me vino a la memoria la figura de San Ambrosio de Milán. No es un santo muy conocido...